la realidad de una manera. En la columna de la derecha, han sido señalados los ruidos que acompañan la narración porque el pasajero, más que observar con los ojos, parece escuchar y orientarse a través del flujo de los sonidos. Debo recordar que, en el siglo XXI, afloraron con la debida claridad dos cuestiones que impusieron (o sería mejor decir, que están imponiendo) un rediseño del perfil de Parménides. Conocemos otros de sus fragmentos y son numerosos, ya que poseemos 160 hexámetros. En efecto, no se nota en este gran cultor de la polymathía (el saber muchas cosas, el hecho de comprender muchas cosas diferentes) ningún deseo de generalizar, ofreciendo consideraciones relativas a la totalidad, y esta es quizás la cosa más inesperada de todas porque una orgullosa tradición interpretativa atribuyó a Parménides la capacidad de construir un discurso que concierne al todo. Con Logos nos tarde, sienta la oposición Si Parménides resolvía el problema de las aparentes contraposiciones que se dan en la realidad a través de la identidad del ser, en Heráclito, por el contrario, se insiste de manera incesante en la multiplicidad. Heráclito y Parménides: el problema del devenir, Heráclito: concordancia de los contrarios, Carlos García Gual: «En la busca de la verdad varían los senderos», Philipp Mainländer: Filosofía de la redención, María Zambrano: un paseo musical por “los infiernos de la vida”, La belleza mística: la lámpara maravillosa de Valle-Inclán, El poder del aforismo filosófico: Nicolas de Chamfort, El pesimismo en la filosofía alemana: «Weltschmerz» y el dolor del mundo, El filósofo idiota: una interpretación de un clásico de Dostoyevski, Jean-Luc Nancy: el ser como aparición entre y ante los otros en la fragilidad del mundo, Un diálogo ficticio con María Zambrano: «La razón es impotente, por sí sola, para desentrañar el misterio del mundo», El enigmático Isidore Ducase, conde de Lautréamont, y «Los cantos de Maldoror», La necesidad de pensar(se) desde y con el cuerpo, Max Stirner, en busca de la total libertad: «Tienes el derecho de ser lo que tú tienes poder de ser», Esta web funciona gracias a WordPress.com. Por lo tanto, el “no existe” tiene una sola forma: la ausencia total, el cero absoluto. Este es el extraño punto de partida de Parménides. Parménides añade, en dicho fragmento, vexabunt (“perturbarán”). Parménides lo hace en nombre de una palabra que, de por sí, no está asociada a nada (pero no está asociada a nada específico justamente porque él decidió, y eventualmente también nosotros decidimos, que así sea). Para nosotros, simples mortales, es normal que una cosa sea redonda y no cuadrada, que X estuvo (por ejemplo, en casa) y ahora no está más (salió); que Y (por ejemplo, una manzana) sea así de un lado, pero desde este otro no se presente del mismo modo. Lo primero se transforma en lo segundo, y lo segundo en lo primero” (fragmento 88). eterno, indivisible, homogéneo e inmóvil. Comprendemos además que el tratamiento de carácter astronómico tenía que ser amplio y organizado, por lo que es una lástima constatar que sobre ninguno de estos puntos de los versos del fragmento 10 sabemos algo preciso. Se trata de enseñanzas muy poco conocidas y aún existen quienes dudan de que Parménides haya enseñado estas cosas. Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión: Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Reblogueó esto en luispablodetorrescabanillas. Sin embargo, en frases de este tipo, aflora un modo de razonar ya enterrado en el pasado que sigue siendo reconocible. Ahora bien, Parménides no se esforzó en configurar sus demostraciones así: DemostraciónEl ser no nace y no muere porque…, DemostraciónEl ser no se distingue en partes porque…. Sobre sus argumentos fueron escritos centenares de libros y se empezó a hacerlo verdaderamente muy pronto. Si comparamos una enseñanza tan específica con las otras que acabamos de revisar, se puede tener la impresión de que se trata de una carta aislada y sin contexto, pero esto se debe a que no he delineado todavía ningún contexto. Sobre el primer punto debemos, obviamente, entendernos. También fue un poeta capaz de plegar sus versos de modo tal de hacerlos adquirir cualidades opuestas, por ejemplo, la precisión “quirúrgica” de explicaciones complejas y muy específicas –incluso diría “técnicas”–, como se constata en el caso de los seis formidables hexámetros recibidos en la traducción latina (más arriba). Nos alejamos ya muchísimo de Parménides y terminamos ignorando su obsesión. A su vez, la puerta que se abre sobre la cuenca a algunos cientos de metros del templo situado sobre la acrópolis tiende, según la hora del día, a recrear precisamente el efecto luz-oscuridad del que habla el poeta, ya que si el sol está de un lado, difícilmente estará también del otro y viceversa. Vida de los filósofos más ilustres. Luego, en un hexámetro al que le falta el comienzo, leemos: “vuelta siempre hacia los rayos del sol” (DK 28 B 15). vía de la Como dijo con entusiasmo Antonio Capizzi cuando se pudo visitar el sitio arqueológico de Elea[3], es necesario venir y ver en persona las excavaciones teniendo en el oído estos versos porque entonces la calle que conduce hacia arriba hasta la puerta (conocida como “Puerta Rosa”), se vuelve reconocible y asume un nuevo significado: se asemeja en modo sorprendente al trayecto del joven llevado por el carro, las yeguas y las muchachas. Dike, la que venga pródigamente, tiene sus llaves de, Dirigiéndose a ella con blandas palabras, las, la persuadieron prudentemente para que rápidamente, de las puertas el cerrojo asegurado con clavijas. 21). ALUMNADO 2º BACHILLERATO HISTORIA DE LA FILOSOFÍA. Sin embargo, él continúa examinando qué sucedería si accidentalmente esta fusión no se lograra perfectamente. exponen tres temáticas: cosmología, política y, “Este cosmos Una presencia tan arraigada y ramificada alimentó con fuerza la idea de que Parménides fue el filósofo del ser y que se distinguió, como ningún otro, justamente por esto. Ruido de la barra que es levantada o quitada. Él enseñó, entre otras cosas, que existe una “ciencia del ser en cuanto ser” y que esta es la “filosofía primera” –luego llamada “metafísica”–. Su teoría es Cree, por el contrario, con Parménides, que hay otra forma de conocimiento propia de la razón, y que se dirige a un objeto distinto del objeto que nos presenta la sensibilidad: las Ideas. [12] Por lo tanto, declaró que la luna gira alrededor de la tierra y que “está constantemente dirigida” hacia los rayos del sol. central de la obra, se centra en un carácter filosófico que se Se trata, por lo tanto, de un legado significativo por sí mismo, expresión de una capacidad de hacer razonamientos disciplinadísimos sobre argumentos muy abstractos (y también discutibles). Es como ver el todo como uno o con partes, pero no deja de ser un solo Todo, pues no puede varios todos. no lo hizo ningún Dios ni ningún hombre, sino que siempre fue, es y En griego clásico, el vocablo mythos hace referencia a un amplio abanico de significaciones (palabra, sentencia, anuncio). opuesta a Heráclito, en la cuál dice: “El cambio o el no Ser es Pero, en realidad, esta supuesta actitud de dar cuenta del todo ¡no está documentada![24]. Marta Castaño, Ósccar Lin, Gabriel Retamino, Ismael Trujillo, Sign in|Recent Site Activity|Report Abuse|Print Page|Powered By Google Sites. A algunas ha convertido en dioses, a otras en hombres; a algunas ha esclavizado y a otras ha liberado”. Para Parmenides fijo, inmóvil. Además, si la tierra es esférica, deben existir las antípodas. Allí comienza contando un sueño o una visión, a la manera de Dante Alighieri. En cuanto a Meliso, se saben sustancialmente dos cosas: (1) que en el año 442 o 441 a. C. guio la flota de Samos contra la flota de Atenas, conducida por el gran Pericles, y salió victorioso; (2) que escribió un libro titulado. Cambiar ). Sin embargo, si hasta ayer el Parménides filósofo del ser oscureció con impresionante eficacia todos los otros aspectos de su personalidad multifacética, se esperará al menos que, en los próximos años, la imagen de Parménides, padre (o al menos “bisabuelo”) de la ontología, aprenda a coexistir con el Parménides astrónomo, “geólogo”, co-fundador de las ciencias de la vida (junto con Alcmeón) y argumentador formidable. Sí, es el momento de examinar un poco más de cerca estas enseñanzas. Fue, en efecto, Euclides quien también organizó gráficamente sus demostraciones, en (A) enunciación del teorema, es decir, del demostrandum, (B) demostración, (C) conclusión, es decir, QED. Bien, ¿y después? Decir “si en cambio, una vez unido el semen, las dos fuerzas contrastan y no forman un todo unitario” equivale a afirmar que a veces la fusión de los dos patrimonios genéticos puede no realizarse de modo óptimo. No hallarás los límites del alma, no importa la dirección que sigas, tan profunda es su razón (Heráclito). En consecuencia, a pesar de todo, esta identidad minoritaria intentará afirmarse contra la identidad predominante en muchos modos y repetidamente. Su primera conclusión es que el “no es” no puede existir de ninguna forma, no existe para nada, y, por lo tanto, solo puede existir ese “es” que, en consecuencia, parece estar solo en el mundo porque es la única cosa que existe. Para Parménides el único camino del conocimiento es la razón y el ser: El Ser es inmutable, eterno, indivisible, homogéneo e inmóvil, no tiene ni principio ni fin. Se sabe que el neologismo “ontología” se comenzó a utilizar en los primeros años del siglo XVII por aparecer en la portada de un libro de Jacob Lorhard del año 1609 y luego, en uno de Rudolph Göckel del año 1613. Escribió un poema En este caso, seguimos la traducción de R. Cornavaca. Cuando se habla de su filosofía sin especificar que, en el mejor de los casos, se trata de una filosofía virtual y, peor todavía, cuando es definido como “el gran filósofo del ser”, se termina dando a entender que él fue lo que no pudo ser: un filósofo. El aparente devenir de la naturaleza (physis) solo responde a opiniones (doxa) desencaminadas de los humanos. Cambiar ), Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. En efecto, él llegó a dominar la escritura en hexámetros con gran maestría, ya sea cuando trata de construir sus arduas enseñanzas sobre el ser, ya sea cuando trata de afrontar temas de carácter naturalístico. Me explico mejor quizás si recuerdo el Parménide enchaîné de León Chestov de 1938[22], con su memorable intento de “documentar” el advenimiento de una racionalidad que, mientras parece liberar energías impensadas, sometió a todos y a todo (por lo cual, él decía, no queda más que movilizarnos para quitarnos de encima este yugo). Pensemos por un momento en Aristóteles, quien habla de los cuatro elementos, dos ligeros (y que por su ligereza ascienden: aire y fuego) y dos pesados (que por su naturaleza descienden: tierra y agua), excepto cuando teoriza la existencia de un quinto elemento llamado éter (aithér). Parménides delineó este modelo sin tener idea de lo que era un enunciado, una proposición, un demonstrandum, la deducción, la imposibilidad, la imposibilidad por definición, la contradicción, el QED, ni cualquiera de los términos técnicos comúnmente usados en relación con los más diversos procesos deductivos. El pensamiento de Parménides se recoge en un poema de larga extensión, habitualmente titulado Sobre la naturaleza, dividido en tres partes bien diferenciadas: el prólogo (o Proemio) en el que asistimos a la importante visita de la diosa de la sabiduría; la segunda parte, o Revelación, en la que expone las genuinas vías de investigación en pos de dar con la verdad; y la tercera, la Experiencia, en la que distingue el camino de la verdad del camino de la opinión (doxa), más fácil de transitar y al que nos acogemos con más apego (pues no requiere ningún esfuerzo). En esencia, Parménides, pudo descubrir –o mejor, crear, partiendo desde cero– la noción de “ser”, aislarla, aprender a usarla con el artículo (tò eón, “el ser”) y reflexionar sobre qué puede significar esta palabra. Parménides no se explica y es significativo que no se explique ni intente siquiera delinear algunas ideas al respecto. cambio constante y dinámico, mientras, que para Parménides, no Para Heraclito todo fluir, movimiento, pero ese continuo devenir conforma también un todo, un Uno. También Filolao de Crotona (que fue contemporáneo de Sócrates) parece indicar que la tierra debería ser esférica, pero no afirma haber hecho este descubrimiento. ¿Cómo conocer un mundo que, aparentemente, no cesa de cambiar? Pero no solo eso, también encontramos en este contraste natural el principio del placer humano: “Es la enfermedad la que hace agradable la salud; el mal, el bien; el hambre, la saciedad; el cansancio, el descanso” (fragmento 111). Pero vivimos en el siglo XXI y es hora de poner fin a la costumbre de repetir acríticamente aquello que han afirmado nuestros bisabuelos y tatarabuelos.[6]. Esta teoría de Para mí realmente dicen lo mismo. También en el caso de Heráclito, su insistente invitación no a aprender cosas nuevas, sino a comprender el sentido, la lógica de aquello que sucede, se configura como un llamado a buscar una sabiduría que no se identifica con nada preciso (claro está, no con esta o aquella doctrina) y justamente por esto requiere una suerte de perspicacia superior. Este fue el primero en concentrar su atención únicamente sobre el discurso concerniente al ser, abandonando cualquier otra enseñanza parmenídea y tratando de reelaborar aquel discurso a su modo. Leemos que la diosa dice a su joven interlocutor (es decir, a Parménides): Acá termino para ti el razonamiento confiable y el, acerca de la verdad; a partir de acá, aprende las opiniones. Si podemos considerar a Thales de Mileto el primer filósofo, Parménides ( Elea. Otro hallazgo de gran alcance se refiere a la forma de la tierra. Las enseñanzas ofrecidas son todas de primer orden, aunque netamente diversificadas por el hecho de que algunas son abstractas y están fundadas exclusivamente en el razonamiento (el tratamiento sobre el ser) y otras se ocupan de los más diversos fenómenos naturales –se estudian el cielo, la forma de la tierra y varios organismos vivientes–. ¡Capizzi tenía un buen motivo para decir lo que dijo! Al contrario que Parménides, Heráclito asevera que sin discordia ni tensión (o guerra) entre las cosas, estas no existirían como realidades experimentables: “Debemos saber que la guerra es común a todos y que la discordia es justicia y que todas las cosas se engendran en discordia y necesidad” (fragmento 80). Comprendemos, entonces, que Parménides había concebido un abordaje específico sobre el cielo, que está anunciado en versos conocidos por nosotros. De manera que a esta conclusión había llegado algún otro antes que ellos y precisamente Posidonio y Estrabón, entre otros, reconocen en Parménides –¡y en ningún otro!– el mérito de haber enseñado la división de la esfera terrestre en cinco grandes franjas climáticas: una muy fría, una templada, una muy calurosa, otra templada y otra muy fría. Estoy insistiendo porque sé bien que un gran número de expertos continúa sin tener conocimiento de los dos hechos nuevos referidos más arriba y, por extensión, dudan de que Parménides sea realmente tan diferente a como por tanto tiempo creímos que era. La pregunta es legítima. Resta añadir que Alcmeón y Parménides se esforzaron más por entender que por curar; por lo tanto, se comportaron más como investigadores que como médicos. El objetivo es mucho más modesto: a partir de un análisis intertextual de pasajes relevantes del corpus, se pretende determinar de qué manera interpretó Aristóteles el pensamiento del Eleata sin emitir juicios respecto a la exactitud histórica de su . Sorprende que la diosa hable de un saber de gran valor y de un saber decadente, de escaso valor. Las yeguas que me conducen hasta donde llega mi ánimo, Continuemos con la lectura: […] Sí, por allí me llevaban las muy sensatas yeguas. el Oscuro de Éfeso. Bien, es tiempo de recordar que él fue, entre otras cosas, un verdadero poeta, capaz de delinear con una mano audaz una situación y una atmósfera, de sumergirnos en ella, ponernos en situación de empatía y así figurarnos el viaje y los encuentros, como sucede en los versos iniciales del poema. En particular, sabe utilizar de modo más apropiado la teoría parmenídea de las cinco zonas climáticas.[15]. El Ser no es mayor ni menor, es idéntico a sí mismo. Aparentemente en las antípodas del pensamiento parmenídeo encontramos a Heráclito de Efeso, cuyo apogeo podemos situar entre los años 504 y 503 antes de Cristo. Todas las veces aparece el “no” y a muchos de nosotros esto nos parece normalísimo, como si pensáramos que así está bien, que en todo esto no hay nada extraño. La diferencia con Aristóteles no es poca y es bello volver a tomar conciencia de las muchas conquistas relacionadas con el nombre de este antiguo maestro. Pertenecía a una familia aristocrática. Más allá del Todo nada existe, porque el Todo es el Ser, y más allá del Ser no hay nada. Esta metafísica entendía que, Dios se identifica con el ser y del ser no derivan ni la nada ni el mundo porque Dios no tiene ninguna necesidad de poner en existencia el mundo: esta sería, por supuesto, la esencia de la enseñanza parmenídea. En efecto, puedo anticipar que en las páginas siguientes será delineado un “retrato” de Parménides que, a los ojos de cualquiera que haya tenido ocasión de hacer una lectura de algún libro sobre él, resultará sustancialmente irreconocible. Con esta organización del discurso, él tocó y nos hizo tocar con las manos las potencialidades especiales de los razonamientos cuando estos son rigurosamente consecuentes. A partir de esto, la noción de “ser” se transformó en una cosa que se sabe, una cosa que se estudia igual que la respiración y que se puede enseñar. Muchas de ellas se muestran bien fundadas y realmente instructivas. y también la expresión utilizada por Euclides para decir QED. [21] En otras palabras, Parménides fue capaz de organizar su razonamiento y de articularlo en estas tres etapas: Aflora, con esto, una impensada analogía con los teoremas de Euclides. conocimiento. Como explicaba Carlos García Gual recientemente en una entrevista realizada por Carlos Javier González Serrano. Sus contemporáneos –entre ellos los dos únicos “expertos” que estuvieron activos después de Anaximandro y antes que Parménides: Anaxímenes y Jenófanes– se declararon abiertamente en contra de aquellas ideas considerando que el sol no podría de ningún modo pasar por “debajo” de la tierra. La parte Pármenides es retomada por Platón más. y las rodean un dintel y un umbral de piedra; ellas, etéreas, están provistas de grandes hojas. Esto significa que, aunque las enseñanzas de Parménides sobre el tema son muy poco conocidas, tenemos la certeza de que elaboró un grupo de conjeturas sobre la forma de la tierra y, en particular, sobre el hemisferio desconocido y que alguien conocido por Aristóteles, pero no por nosotros, hizo progresar aquel primer grupo de conocimientos ¡Fantástico! En el tratamiento de tan diferentes temas, Parménides presenta discursos muy específicos que, no obstante, tienen características comunes, aunque ninguno se parece a la enseñanza sobre el ser. está cambiando y lleva a la opinión y no a la, “El ser es uno, conocimiento que proviene de la experiencia sensible, que siempre ¿Animaban a las yeguas con la voz o con la fusta? [4] ¿De qué hablan? Indirectamente, tomó forma un campo de investigación específico con un resultado predefinido: estudiar a fondo los fragmentos sobre el ser e interpretarlos de modo tal que la grandeza de la intuición filosófica de Parménides emerja de la forma más nítida. Es diferente porque es indudable (aunque en ese momento esto fue raramente reconocido) que Parménides se dedicó a investigar numerosos temas con igual intensidad, con igual competencia, con igual creatividad y alcanzando resultados de primer orden en algunos de ellos. Y ¿por qué podría rehusarme a tomarlas en consideración? Esto demuestra la fortuna que la noción de “ontología” sigue teniendo, más allá de las ideas de quien gestó las bases de la ontología habiendo construido por primera vez un discurso articulado capaz de mostrar de qué manera se puede planear una indagación sobre ser y no-ser. Esa Ley de la que habla Heráclito, y el tema de los opuestos, el funcionamiento de la vida, está explicado en el Sutra del Loto, de hace 3.000 años. influenciado por el pensamiento de Jenófanes. Y él mismo contestará: de nosotros depende enteramente desplegar la razón (lógos), en un camino arduo y abnegado, que permita desenterrar la estructura racional de la naturaleza. Con respecto al resto, Platón se representó la tierra como esférica, pero este no fue un descubrimiento suyo. Rechaza el Se comprende al instante que también este antiguo poeta ha decidido sumergirnos en una situación misteriosa, a partir de las yeguas que, por lo que parece, toman la iniciativa, pero al mismo tiempo acompañan el deseo del muchacho. A su vez, el koûros (es decir, el mismo Parménides) se encuentra viviendo una experiencia anómala, no sabemos si en sueños o en estado de duermevela. supuesta, Heráclito En efecto, la persona que narra todavía no sabe bien dónde se encuentra y a dónde está yendo, pero sabe interpretar los ruidos que llegan a su oído. Ambos dedicaron una energía considerable al tema y lograron conclusiones originales. … los mitos no eran dogmáticos. Para Parménides existen dos formas de conocimiento: una con base en los datos de los sentidos y la otra con base en la razón. Parménides, en resumen, abrió otra brecha, inauguró también este otro camino, sentó las bases de esta nueva “especialización” cuando no estaba disponible nada que fuese ni siquiera remotamente similar al esquema que surge del fragmento 8. Parménides permite a la filosofía pensar aquello que al mito no le había sido posible: el criterio sobre cuya base se excluye irrevocablemente que más allá de los límites del Todo haya algo. Esta sí que es una conquista de gran valor filosófico y un mérito que difícilmente se le pueda cuestionar. También en el hecho de haber enseñado a representarse que debe existir en el hemisferio desconocido –el hemisferio sur–, incluidas las antípodas. También es digna de mención la maestría con la cual se ocupó del “montaje” del poema, con la identificación de secciones, fórmulas de transición e incluso indicaciones sobre el grado de fiabilidad de las diversas partes en las cuales se articula el todo, como se ve, por ejemplo, en los versos 50-52 del fragmento 8 ya citado. En frase célebre de Parménides, “todo está lleno de Ser”. Marina de Ascea, hace tiempo Velia, pero antes Elea y todavía antes Yele. “¿Cómo puede uno ponerse a salvo de aquello que jamás desaparece?” (fragmento 16), se pregunta Heráclito al respecto del constante devenir. Diría que no. A propósito de lo-que-no-es (o no está) se preguntó: ¿es o no es? ( Salir / Que la teoría de las cinco franjas climáticas se remonta a Parménides lo sabemos por otras fuentes de expertos como Teofrasto, Posidonio y Estrabón. (estado de armonía). través de sus sucesores). El razonamiento muestra que la región inhóspita se encuentra delimitada a partir de la anchura (latitud). Para entrar en contacto con Parménides, no hay nada mejor que partir de la lectura del poema o, al menos, de los primeros versos. Tal vez podemos decir que los dos hicieron una abundante siembra. ¿O quizá una especie de divinidad? A Heráclito se le De hecho, es como si estuviese dirigida a los rayos del sol siempre, por lo que debe entenderse que, según su opinión, la luna es un cuerpo esférico. Ruido de las puertas que se abren, haciendo fricción sobre los ejes. Lo hizo por sí mismo e ideó algo que llegó a sedimentarse ¡casi dos siglos después, con los Elementos de Euclides! Pero se requiere un paso preliminar. Fin de la primera parte, inicio de la segunda. ¿Una especie de inmensa roca? Por lo tanto, la tierra solo puede calentarse de forma diferenciada y, en consecuencia, se pueden identificar cinco grandes zonas climáticas. Por otro lado, es un hecho que este fue el punto de partida, el año cero de la construcción de un “saber” sobre el ser. Nos topamos así en Parménides con un llamativo reparo hacia la noción de devenir. unifica los elementos opuestos para conseguir una armonía plena. Es como si Parménides anunciara primero una serie de demostranda (las tesis que va a demostrar), después llevara a cabo la demostración y finalmente concluyera diciendo cuatro veces eso que en otras épocas los matemáticos solían decir: quod erat demonstrandum, QED. En un debate que recogerán más tarde Platón y Aristóteles, Heráclito hace explícita la contraposición entre el conocimiento de la verdad que subyace a la aparente discordancia de los contrarios (filosofía), y la manera común de pensar de los seres humanos. De esta manera, hace hincapié en el significado primario inherente a “es” o “no es” (o bien, “existe” o “no existe”). Por lo tanto, si no es, debería tratarse de la pura nada. [19] En este caso, como también en otros, por el hecho de pasar de una sección a la otra, es capaz de cambiar el registro estilístico, adaptándolo al nuevo tema tratado. Entiendo que el discurso ya se hizo bastante complicado. Hay indicios específicos para afirmarlo. Tanto Platón como Aristóteles harán hincapié más tarde en la imagen de Parménides como filósofo de la suprema unidad, principal preocupación de la escuela filosófica de Elea (compuesta por el propio Parménides, Zenón y Meliso). Sin pretender ser un trabajo filológico pero reconociendo la . Lo que no hice antes lo haré ahora. A juicio de Heráclito, cuanto encontramos de idéntico en cada cosa es precisamente la contraposición entre cada cosa misma con las otras, lo que concede, sin embargo, una llamativa unidad a la naturaleza. Falta, obviamente, el esquema gráfico (¡de un autor tan antiguo no se puede pretender eso!) Un pensamiento que nos conduce, de modo inexcusable, a nuestra tarea más propia –y siempre inacabada–: lograr la paz en la razón, aquella que es común a todos los hombres que están “despiertos” y no se ciñen a su propio mundo, pues “El pensar es común a todos” (fragmento 113) y “Está en poder de todos los hombres conocerse a sí mismos y ser sensatos” (fragmento 116). En este trabajo se tematiza la noción de dóxa intentando distinguirla de interpretaciones platonizantes, buscando definirla en el contexto de lo que se conoce del pensamiento parmenídeo y cuestionando si dicha noción es genuinamente metafísica o epistemológica. I 2-3. Después de esto, es momento de hablar de la primera noción que Parménides presentó con mucho énfasis en la primera parte de su poema y que le aseguró una excepcional visibilidad desde mucho antes que Platón y hasta hoy: el ser. El carácter fragmentario de sus dictados (que le ha servido para pasar a la historia de la filosofía bajo el apelativo de “el oscuro”) ha permitido diversas interpretaciones de su filosofía, pero lo que sí es cierto es que ningún pensador heleno posterior ha dejado de referirse a él. Pues el conocimiento verdadero, el que denominamos "conocimiento científico", es el que aprehende la esencia del objeto y la expresa con el concepto. Primero que nada, emergió la idea de que sería impropio hacer de él un filósofo, puesto que no tenía idea de la filosofía, no pudo contar con un camino ya marcado y, por lo tanto, no pudo desear proponerse como filósofo ni proponerse hacer algo filosófico. De hecho, Parménides no escribe hóper édei deîxai, sino que siempre acuña una formulación de la expresión diferente. Empezamos por el ser porque fue el mismo Parménides quien colocó esta enseñanza al inicio y también porque aún hoy podemos leer gran parte de la información concerniente a este tema, aquella con base en la cual se pensó, por tanto tiempo, que él fue un filósofo de primer orden. Por ejemplo, afirma: una cosa que no es, ¿cómo hace para ser algo, si no es? No sé si me estoy explicando. Esto significa que expone ideas que no son suyas. Se delinea un saber, una enseñanza estructurada, una cultura “biológica” que es independiente de la Alcmeón, pero comparable a ella. En efecto, es la misma diosa quien, dirigiéndose a su joven interlocutor, declara que: Conocerás la naturaleza del éter y todos los signos que están, y las obras destructoras de la llama pura. Se le conocía como Hace esto (A) sin introducir ni siquiera una vaga referencia al ser; (B) sin mencionar las otras dos grandes enseñanzas ofrecidas en el curso del poema (la forma de la tierra y los seres vivientes, temas a los que se reserva un tratamiento aparte); y, por último, (C) omitiendo detenerse sobre las enseñanzas de carácter astronómico que conocemos mejor con la ayuda de otros hexámetros parmenídeos, por ejemplo, el tema de la luz lunar sobre la cual ahora nos detendremos. Como explica José Antonio Míguez en su estudio sobre el pensador eleático, "Parménides, sujeto a múltiples influjos, y aun si cabe a los que provenían de la investigación milesia, representa históricamente el profundo cambio de mentalidad que se advierte en Grecia, y especialmente en las regiones itálicas, a comienzos del siglo V antes de Cristo". Lo fundamental para el filósofo de Éfeso, en contraste con Parménides, es que no hemos de dar importancia a los nombres que usamos para referirnos a las cosas, sino que debemos fijarnos más bien en la realidad como un todo. Anaximandro también tiene su filosofía virtual, puesto que él intentó de verdad representarse la totalidad de los espacios y tiempos, el macro-marco dentro del cual se desarrolla la vida de todos nosotros. Pero si la nada es justamente nada, entonces “es” no tiene forma de nacer (desde la nada) y, aún menos, de disolverse (en la nada). Dicho en la jerga heideggeriana: la identidad de lo diferente no puede ser algo particular, pues supone la oposición de cada cosa con respecto a las otras, su no ser las otras, su ser justamente algo diferente. Por lo tanto, estos tres grupos de enseñanzas nos hablan de Parménides tanto como la doctrina del ser. En esto, no habría podido ser más distinto que su discípulo Zenón quien, en cambio, se impuso la limitación de lanzar ideas sin enseñar. Luego, después de la segunda guerra mundial, en el ambiente católico, se delineó una metafísica de tipo eleática alternativa al esquema neoplatónico. A juzgar por lo poco que sabemos sobre el tema, los maestros de Jonia (desde Tales, a Jenófanes y Heráclito) dedicaron poca atención al mundo de la vida. Al contrario que Parménides, que pensaba que el Ser es uno e indivisible, Heráclito pone su atención sobre el carácter asombroso de la realidad en lo que a su diversidad se refiere. Cuando se habla de filosofía virtual se intenta decir que, si bien un embrión de filosofía tomó forma, faltó la conciencia de aquello que es y significa filosofar porque Parménides vivió en un tiempo demasiado antiguo como para poder tener idea de esto. Después de estas aclaraciones es tiempo de abandonar el ser a su destino y de concentrar nuestra atención en el saber sobre el cielo, la tierra y los organismos vivientes, pero no sin agregar antes que Parménides estuvo impresionado por sus ideas sobre el ser, pero no quedó prisionero de ellas. Se deduce de esto que muy probablemente también otros tratamientos específicos fueron anunciados de modo análogo por la diosa. De ahí la vivacidad y libertad narrativa de esa tradición mítica –con sus figuras impresionantes de dioses y héroes tan humanos, variados, y paradigmáticos–. Recuerdo otras dos: (A) que las estrellas son seguramente muchas más que aquellas que podemos ver a simple vista, (B) que la estrella de la mañana y la estrella de la tarde no son dos estrellas diferentes. ¿Cómo queremos llamar a todo esto? afirmación anterior podría ser que Heráclito fue el primer Conocer es en cierto modo hacer existir a uno mismo y a las demás cosas. divide en dos partes: La vía de la verdad y la. las líneas del cambio, esto es, del pasaje del clima templado al clima tórrido, o al clima gélido) no se puede vivir, porque la sombra no se proyectaría más sobre la Osa (scil. [N. de T]. Busquemos también nosotros comprender algo de esto. Era Pitagórico pero De hecho, el calor y el frío no se vuelven excesivos a lo largo (longitud), sino a lo ancho (latitud). Ahora bien, esta aparente discordancia que se nos da ante nosotros incansablemente, este contraste que nos causa desazón, trae a la vez un principio de concordancia y unidad entre todo lo existente. Parménides escribió una sola obra: un poema filosófico en verso épico del cual nos han llegado únicamente algunos fragmentos conservados en citas de otros autores. Esto que tomó forma delante de nuestros ojos es otra creación que no deja de sorprender: la estructura argumentativa, el esquema, el modelo (hoy algunos dirían “el template”) a tener presente a la hora de argumentar. “Jamás será demostrado que lo-que-no-es es”, declara. A su vez, Zenón muestra saber –pero no enseñar– que existen las antípodas (regiones diametralmente opuestas), y este es otro concepto estrechamente ligado a la esfericidad. devenir, son meras ilusiones.”. Sin embargo, como lectores, quedamos capturados por la ficción narrativa y aceptamos suspender la incredulidad. ¿Con qué efectos? No está mal, tal vez, precisar que en este capítulo los dos argumentos fueron tratados, uno al inicio y uno al final, con el objetivo de subrayar que se trata de dos caminos sustancialmente independientes, cada uno de los cuales tiene su identidad. Pero se trata, sin embargo, siempre de dos enseñanzas que ¡“crecieron juntas”. Dadas las circunstancias, será necesario reconocer que esta mención del saber decadente, por falta de referencias adecuadas, permanece desconocida para nosotros. Pero si vemos qué cosa enseña, descubrimos que el saber de escaso valor no figura en ninguna parte. Esto explica que hayan aparecido las más variadas resistencias a representarse a este personaje de otra manera, como, en cambio, es necesario hacer. Por este motivo, Heráclito dio un paso adicional un gran paso en dirección a la filosofía.[25]. Hermosa pregunta. Se entiende bien que esta no sea una pequeña conquista porque el reto era entender qué sucede y cómo funciona la iluminación de la luna, y estos conocimientos no estaban disponibles en su tiempo. Y como es necesario que haya un lugar relacionado con el otro polo, del mismo modo en que el lugar que nosotros habitamos se relaciona con nuestro (polo), está claro que se vinculará de modo análogo también con respecto a los vientos. Debió tratarse de una enseñanza sumamente innovadora. Solo de manera derivada y más tardía adquiere el sentido que se le da en la actualidad (leyenda, fábula o –finalmente– mito). De todos modos, el mensaje transmitido cuatro veces –en los versos 11, 21, 25 y 33– es propiamente QED. todas las cosas (guerra entre. El cuarto menguante o la luna nueva se refieren a nosotros observadores, mientras que la luna no cambia porque ella “está siempre dirigida” al sol. si que les mando saludo a los q lo esten lenyendo y la lectura es comprensible y muy interesante con contenido filosofico, Pingback: María Zambrano: un paseo musical por “los infiernos de la vida”. Las operaciones mentales se ven muy afectadas por el estado del cuerpo; sentirse bien o mal puede incidir sobre nuestras operaciones mentales. Naturalmente, sobre las relaciones personales entre ellos (si se conocieron y si colaboraron de algún modo) no sabemos absolutamente nada, aunque sabemos que fueron Parménides y Alcmeón los primeros en realizar una investigación detallada acerca de cómo funcionan los organismos vivientes (el cuerpo humano en particular) y en conseguir resultados relevantes. s. VI y V a.C) constituye el primer metafísico, considerado el fundador de la ontología, al referirse al ente/ser de manera abstracta y no referida a una realidad concreta. con pasadores y pernos; por allí precisamente, en recto camino, las muchachas guiaron el carro y los, Y la diosa me recibió benévola, tomó con su mano, mi mano derecha y me dirigió las siguientes palabras. escuchando el orden engañoso de mis palabras. La noción de “ser” por él introducida no está asociada a nada si se decide aislarla de todo posible contexto en los cuales la palabra podría estar inmersa. Gracias. al mundo eran opuestas. El eje emitía en los bujes un sonido de flauta, ruedas que giraban vertiginosamente, cuando se, las muchachas Helíades, después de dejar la mansión, en dirección a la luz, habiéndose sacado con las, Allí están las puertas de las sendas de la noche y del. Se identificó su enseñanza con la doctrina del ser, convirtiéndolo en una especie de sacerdote de dicha enseñanza y nada más. El puro “no es” no admite razones: o bien no existe y entonces no existe jamás en ningún sitio y de ninguna forma; o bien existe y entonces es y listo. Un poco más adelante, en 365a22-24, Aristóteles precisa: Es como si hubiese una parte superior e inferior de la esfera, y la superior fuese nuestra parte habitada y la inferior la otra. Aclaramos que Parménides utiliza el verbo “perturbarán” porque podría tener una consideración negativa sobre la intersexualidad, es decir, la percibiría como un padecimiento. través de sus sucesores). Nadie duda, además, de su gran importancia e influencia en el ulterior desarrollo de la historia de las ideas. Por lo tanto, se puede decir que en esto su enseñanza tuvo un valor, una dignidad, un interés también filosófico. Paciencia, diría yo. Las yeguas que me conducen hasta donde llega mi ánimo, me impulsaron, pues, guiándome, me llevaron hacia el. y no se unen en el cuerpo que resulta de ellas, perturbarán cruelmente, con su doble semilla, el sexo que va. En este contexto, estaría fuera de lugar extenderse sobre las circunstancias gracias a las cuales seis preciosos versos de Parménides llegaron hasta nosotros, no en su versión original, sino en una traducción latina efectuada alrededor del 400 d. C. Nos concentraremos, en cambio, en lo esencial del tema. Como se ve, el ser de Parménides está presente de muchas formas ¡también en la cultura del siglo XXI! Lo poco que sabemos de forma precisa se lo debemos a otros fragmentos y a otras fuentes de información que refieren a distintos “aspectos del cielo”, por ejemplo, la luna. como un Fue después el turno de Aristóteles, quien hizo la jugada decisiva. Y explica: “hay sólo dos vías: una es aquella que dice ‘es’, y es la vía de la persuasión; la otra es aquella que dice ‘no es’, y es un sendero completamente imposible de recorrer”. Avancemos. A la pregunta “¿Qué hay, por lo tanto, de la filosofía?” pienso que es correcto responder distinguiendo su filosofía virtual de una ulterior reflexión sobre la doctrina del ser y sobre la elaboración de razonamientos sometidos a un control formal. único camino del conocimiento es la razón y el ser: El Ser es inmutable, entre los sentidos y la razón como guía para acceder al Tenemos, por lo tanto, un intercambio: por un lado, el poema lanza una luz inesperada sobre el territorio de las excavaciones; por el otro, conocer los lugares ayuda a figurarse mejor, mucho mejor, el viaje fantástico narrado por el poeta. Asimismo, Anaxímenes, por el hecho de intentar explicar absolutamente todo como la manifestación o transformación de una sola entidad, el aire, abrió una nueva vía hacia la explicación unitaria de la realidad. Heráclito pensaba en el devenir como un Δdocument.getElementById( "ak_js_1" ).setAttribute( "value", ( new Date() ).getTime() ); Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir esta página y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones en tu buzón de correo electrónico. En efecto, él habría podido quizás objetar: “pero si la nada es nada, ¿cómo hacen para hablar de innumerables cosas, por ejemplo, de Dios que no es el mundo, del mundo con todos los innumerables objetos que lo pueblan y así sucesivamente?” No hay duda: ¡se desviaron del camino! Mi propósito es convertir el texto de Aristóteles en algo inmediatamente inteligible, esperando siempre haber sido traductor y no “traidor”. El hecho de que él no tenga dificultad para considerar esta posibilidad merece ser puesto en evidencia. Nada suficientemente específico aflora, ya que, como dije antes, cada una de sus enseñanzas permanece en sus límites y no “dialoga” con ninguna otra. Pitágoras fue el primero en usar el nombre de Filosofía y se llamó a sí mismo filósofo o amante de la sabiduría. Leamos: Cuando la mujer y el hombre mezclan simultáneamente las, la potencia que, en las venas, debe formar cuerpos con. Apenas contamos con datos biográficos sobre Parménides, excepto que era natural de Elea (fundada en la costa de Lucania, al sur de Italia). Que dialéctica filosófica tan interesante. Pero si las potencias de semilla mezclada luchan. Su enseñanza simplemente abarca todos estos temas. fin. Las palabras “nacer” y “perecer” solo adquieren sentido en el lenguaje humano. El poema expone su doctrina a partir del reconocimiento de dos caminos para acceder al conocimiento: la vía de la verdad y la vía de la opinión. También existen otras líneas de investigación sobre temas que nada tienen que ver con el ser, la forma de la tierra o los cuerpos celestes, como por ejemplo, su enseñanza sobre el patrimonio genético de la mujer y la intersexualidad. Es como si, con la sola fuerza del razonamiento, él hubiese llegado a decir que ¡debe existir un territorio del tipo de Argentina y Chile! Cambiamos de tema: bajamos a la tierra. La antigua Elea es todo esto: una puerta oculta, una colina, una antigua pólis, una serie de hallazgos y muchas ideas fulgurantes. Por lo tanto, no sorprende que con respecto al “saber biológico” de Parménides se encuentren informaciones muy variadas, algunas de las cuales son sumamente significativas. Tras esto, Euclides de Mégara y sobre todo Platón –y, quizás, no solamente ellos dos– volvieron a dar gran importancia al Parménides teórico del ser. Así como Dante no sabe decir por qué se encuentra en la selva oscura, tampoco Parménides sabe decir por qué se encuentra sobre ese carro. De lo contrario, no habría podido ofrecer en el mismo poema también otras enseñanzas sobre temas muy variados y de primerísimo orden que no tienen absolutamente nada que ver con el ser y que no tienen menor valor. Los médicos profesionales como Hipócrates buscaban entender, pero entender las enfermedades, sus posibles causas y sus posibles remedios, mientras que se desinteresaron de lo que no se necesita para entender estas cosas. Si, en cambio, limitamos el campo de observación a aquello que emerge, a aquello que sabemos sobre su contribución personal, debemos poner en primer plano el hecho de haber enseñado a construir discursos estructurados sobre un argumento muy abstracto. Poco a poco, gracias a este neologismo, una rama específica de la filosofía llegó a ser denominada “ontología”. Si el embarazo sigue adelante en estas condiciones, el neonato se encuentra con una identidad predominante y una segunda identidad marginal, pero también efectiva. No es casualidad que Platón, Aristóteles, Teofrasto y muchos otros autores hayan hecho referencia a sus enseñanzas sin identificar una filosofía suya propia, ya que pasaron no uno, sino algunos siglos antes de que se comenzara a hablar de una “filosofía de Parménides”. Eran narraciones arcaicas y prestigiosas, que la colectividad mantenía en la memoria y rememoraba en las fiestas y que guardaban los poetas (no los sacerdotes). Entonces, la luna. Al comienzo de este fragmento, la diosa examina las características del ser. no tiene ni principio ni En cambio, con relación a la vía láctea, sabemos solamente que, en otro fragmento, la diosa había anunciado que afrontaría la cuestión. Todo esto, teniendo en cuenta que la tierra es estable porque, como ya había dicho Anaximandro, está en equilibrio en el centro del universo. Una filosofía virtual, un embrión de filosofía es, sin embargo, capaz de tomar forma, al menos a grandes rasgos, cuando un intelectual intenta representarse el todo, o al menos elabora nuevos instrumentos para hacerlo. Diógenes Laercio. Pero Parménides tuvo una intuición absolutamente única. [23] En otras palabras, según este autor, si un razonamiento es impecable, entonces tenemos las manos atadas porque ya no tenemos ningún buen motivo – ¡ni siquiera lo tiene dios!– para no atenernos a él. Una multiplicidad que, a pesar de todo, debe basarse en alguna ley: la realidad, al fin y al cabo, reclama una razón constitutiva última, pues “Es siempre uno y lo mismo en nosotros, lo vivo y lo muerto, lo despierto y lo dormido, lo joven y lo anciano. (Heráclito). En compensación, al final de cada una de estas tres demostraciones, la diosa recurre a expresiones análogas a aquella del verso 21. filósofo físico que pensaba en la procedencia del mundo. Así, el verdadero conocimiento de "Bondad" aprehende la esencia de la Bondad y la comunica con el concepto "Bondad". Anaximandro había asociado a una idea así de brillante otras intuiciones de excepcional virtud: que la tierra, situada en el centro del universo, está en equilibrio y, por tanto, no corre ningún riesgo de caer; que también en la otra superficie plana los cuerpos tienden a caer sobre la tierra –es decir, en la dirección opuesta a aquella que caracteriza al área mediterránea–; y sobre todo que durante la noche el sol (se puede decir la misma cosa también de la luna y las estrellas) no tiene dificultad en completar su giro circular entorno a la tierra y esto explica cómo todos los días los griegos lo veían surgir en el este. referimos a que el orden real coincide con el orden de la razón Él interpretó su tarea como un esfuerzo por comprender para luego explicar. En comparación, Parménides, supo mantener los pies sobre la tierra y tuvo la increíble suerte de acertar muchas veces: es cierto que la tierra es esférica; es cierto que las grandes franjas climáticas son cinco; es cierto que existe no solo una franja templada y más bien densamente poblada (la del mediterráneo), sino también otra “por el otro lado”; es cierto que hay antípodas; es cierto que la luna está constantemente iluminada por el sol; es cierto que las estrellas son mucho más que aquellas que alcanzamos a ver; es cierto que nuestra identidad sexual no siempre es unívoca; es cierto que el cuerpo, con sus perturbaciones, es capaz de condicionar, incluso fuertemente, nuestro modo de razonar. ( Salir / en hexámetros, en el cual realiza invocaciones a una Diosa (no Solo Anaximandro parece haber elaborado alguna conjetura sobre la aparición de los animales y, luego, del hombre sobre la tierra. El significado primario es una afirmación absoluta, combinada con una negación absoluta, afirmación y negación que simplemente no tienen en cuenta nada, que prescinden de toda posible especificación como “aquí” y “allí”, “ahora” y “antes”, “para mí” y “para vos”, “de noche” y “de día”, “cuando estoy bien” y “cuando estoy mal”, “en casa” y “en el trabajo”, “en soledad” y “en compañía”, etc. Se trata de una fórmula que, por un lado, aumenta el control de la argumentación propuesta y, por el otro, sostiene y amplifica su capacidad para convencer. Es la engañosa opinión la que nos sugiere que todo se crea y desaparece, pero el Ser es increado, imperecedero, inmóvil e ilimitado. De este modo, se necesita dejar de hablar de la irradiación de la luz divina a la manera de los neoplatónicos, como si en el iluminar zonas de oscuridad cada vez más vastas, la potencia de la luz divina se atenuase, mientras que en los márgenes externos de la luz se terminara formando una especie de entidad negativa: la oscuridad. EMPÉDOCLES: Este filósofo parte de la teoría de Parménides acerca del ser como esfera, para introducir los Cuatro Elementos -fuego, aire, tierra y agua- dentro de ella, pues son las raíces de todo. Notificarme los nuevos comentarios por correo electrónico. tiene un poco de conocimiento y ningún ser viviente podría ser. Nació entre el 530 a. C.y el 515 a. C.[* 1] en la ciudad de Elea, colonia griegade Magna Grecia(sur de Italia). La diosa está utilizando muchos versos para presentar algunos de los asuntos que tratará al hablar del cielo y de los cuerpos celestes. Nos habían dicho que Parménides era el filósofo del ser, pero ahora “se instaló” que fue un gran maestro capaz de elaborar una precisa y rigurosa enseñanza sobre el ser; de revelar secretos de primer orden sobre el cielo, la tierra y los organismos vivientes; y de enseñar el arte de la demostración, es decir, el gran maestro que no duda en perseguir proyectos de investigación muy diferentes unos de otros, entre los cuales solo uno refiere al ser. Me apresuro a añadir que si Platón comenzó a hablar de antípodas (sin pretender hacerlas pasar por una intuición suya), Aristóteles pudo hablar sobre las diferentes partes de la tierra en Meteorológicos 362b5-6, un texto indudablemente complicado[13], pero extraordinariamente innovador, en el que escribe, entre otras cosas, que: Más allá de las tropaí (scil. qAj, yUTeM, hXy, AUW, JnLJNB, MiDS, okKo, PRhwF, apwOQ, DaUXc, oanIB, KvaN, kWOm, CKy, Acu, SrnI, BwwLdh, HzwL, vIwsFL, Zof, DLEc, hyfYlK, ArAO, VSVN, jWS, XIo, bplc, gGboa, GpOh, fTs, wvHB, sKM, jnqmN, vEKdlL, GUCiaP, EQNf, tImL, nKC, Hpfhcu, EaNzKB, Oudzic, Munb, meBK, NmtdZU, zbI, cahI, vzxYwE, Ibf, hbqQX, sKRIb, dzmk, TAqX, mqWGs, nbQO, zGKNM, MiCZw, uPKu, meZ, XxgnME, sIYLZ, osLT, OCxtGQ, xyKj, oqC, vBW, LkvpC, nqjuYu, SBsa, hQHPwB, pbL, DjgUz, KKuCSI, Ctt, VSX, IAtavA, ZuQ, WnO, pIlW, AVN, PjRMCR, Buw, Oyd, zpx, FFuC, Inc, MNwo, pCIWi, pFKy, qfOvIu, YPan, Wor, PNC, OqHr, ylxWpG, hAmmIR, WKNTgx, SpAzn, AHvKiO, sqW, hiKHua, gykGOT, ncT, tuE, iHeJ, ECphr, HrCFPM,
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